En los últimos años, los pisos tipo parquet han cogido un protagonismo espectacular, como el laminado o el gres porcelánico. Éstos requieren un cuidado más rápido que el parquet natural.
Para empezar, el primer punto a tener en cuenta para la limpieza de estos pisos es saber qué tipo de parquet es, porque cada parquet tiene una limpieza y cuidado diferente al otro:
* El parquet natural está hecho de madera maciza y se divide en dos categorías:
1) Industrial: consiste en pequeñas laminillas pequeñas. Es muy duradero y tiende a desvanecerse y soltarse menos que el parquet clásico.
2) Strips: Es el parquet clásico tratado y listo para su colocación, que debe tener lugar sobre un soporte específico.
* El parquet por defecto es el tipo más rápido y fácil de poner porque está pintado, adicional no requiere tratamientos.
* El efecto especial parquet se pueden hacer con maderas recicladas o antiguas, o también con diseños especiales para dar un efecto único.
* El parquet priviliegiado es el tipo crudo sin acabado y ha de tratarse después de ponerlo.
Independientemente del tipo de parquet, una limpieza diaria del piso es esencial y esto se puede hacer con una escoba o con la aspiradora. Es muy importante tener cuidado de usar cepillos adecuados, ya que los cepillos rígidos podrían dañar los pisos. Otra solución es eliminar la suciedad con el uso de paños o mopas de microfibra para darle al piso un acabado perfecto.
En cuanto al lavado del parquet existen reglas sencillas para evitar que el piso se dañe durante el lavado: la primera es no vertes agua directamente al piso de parquet, ya que el agua puede asentarse entre las microgrietas de la madera que causa daños. De manera que el piso debe estar lo menos húmedo posible y secarse seguidamente al lavado para evitar manchas y otros posibles desperfectos.
La segunda regla es no usar amoniaco ni cloro. En su lugar, usar productos específicos y especiales.
Ahora es tu turno, ¡toca ponerlo en práctica!